domingo, 21 de enero de 2018

Rainbow noir

(Fuente)
El género de Sukero City es el Rainbow Noir.

Alguien dijo en algún momento que la mejor forma que tenía de distinguir si una imagen era lo bastante cyberpunk era si podía imaginarse su contenido cometiendo o siendo usado para cometer un crimen. ¿Tipo en chaqueta con gafas de sol anguladas y pistola enorme? ¡Cyberpunk!

En el caso de Sukero City hay una máxima parecida. Para saber si algo es lo bastante Rainbow Noir, hay que preguntarse si lo que ves es tan mono que no puedes creerte que esté cometiendo un crimen.

Probablemente no hay que explicar en qué consiste la parte "noir" de todo el asunto: estamos bastante acostumbrados a femmes fatales, héroes condenados, antihéroes duros y cínicos, gánsteres, negocios oscuros en callejones, rituales satánicos...

Es más difícil explicar la parte mona. ¿Dónde está el arcoíris? Una de las mejores definiciones que puede haber de "mono" es "algo que evoca cualidades infantiles y nostálgicas". Y por supuesto esto incluye chicas monas, niños pequeños, colores pastel, caramelos y todo lo bueno. Pero también tiene otros aspectos a considerar.

El Rainbow Noir, al contrario que el noir en sí, no es nada decadente. Precisamente por esa "cualidad nostálgica" es casi enfermizamente optimista. El futuro es brillante, lleno de edificios de cristal que reflejan el cielo, todo el mundo vive bien, las enfermedades son algo del pasado...

Pero no todo es arcoíris de la misma forma que no todo es noir. El noir está en el interior de la gente. Aunque todos viven en el que es probablemente el lugar más bonito y seguro del mundo, pero aun así siguen siendo unos cabrones depravados. En el manual de Sukero City se explica literalmente que la mayoría de bandas callejeras se forman solo por diversión, por ejemplo.

En términos estructurales, sus historias son simples en sus planteamientos, pero brutales en sus conclusiones. El Rainbow Noir bebe mucho de las clásicas historias de detectives adolescentes, ese sentimiento naif de que unos cuántos críos pueden salir a resolver un crimen y hacerlo mejor que la policía. Y en buena medida construye sobre ello, hace que estas historias simples se vuelvan más retorcidas y oscuras, le añaden ese golpe de cinismo y realidad cruda. Sabes que es Rainbow Noir si al final se están preguntando por qué les pasan todas esas cosas horribles si solo querían salir a buscar un tesoro con sus amigos.

No es simplemente una mezcla de elementos monos y elementos oscuros: normalmente usar esta aproximación sin más crea un batiburrillo en el que ambos aparecen al mismo tiempo y se cancelan. El Rainbow Noir es en buena medida un punto justo (no necesariamente intermedio) donde ambas cosas trabajan juntas y generan una nueva y tercera cosa, una dinámica distinta donde realmente confluyen.

Y esto en muchas ocasiones puede lograrse mediante el absurdo. No creemos realmente que el absurdo sea un estilo o, Diox lo perdone, un género. Creo que es más bien una técnica, básicamente, un intento de desborde sensorial en el que el espectador es presentado con estímulos dispares y basa su estética en distintas fases: ese primer momento en el que llama la atención por no ser capaz de encontrar una explicación, la inmersión a la hora de interactuar con una realidad que se mueve por reglas que desconocemos, el placer posterior de atar todos los cabos...

Esta técnica es especialmente efectiva para lograr el Rainbow Noir porque permite crear un estado mental en el que es posible salvar fácilmente la distancia entre lo infantil y optimista, y lo adulto y decadente. Sobre todo porque esta clase de relaciones son en sí bastante infantiles, pero pueden, de nuevo, expandirse hacia espacios más convulsos. "¿Por qué este tiranosaurio con nunchakus en vez de brazos está matando a todos mis amigos?".

De nuevo, planteamientos simples, pero consecuencias brutales. Otra técnica propia del Rainbow Noir es expandir en las secuelas de un acontecimiento, hacer que situaciones absurdas disparen cadenas de hechos traumáticos, rentabilizar cada muerte estúpida.

Por supuesto no creemos haber inventado nada de esto, quiero decir, ¿cuántas décadas tiene ya el Joker? Pero en cierta forma hemos conseguido destilarlo en una fórmula que al menos a mí me funciona con bastante eficacia, y el objetivo principal de Sukero City es, en buena medida, producirla en masa, embotellarla y distribuirla directa a la casa de la gente.

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